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La Cueva Del Semieterno by Marina Castagnino is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.

sábado, 6 de julio de 2013

Semietrno XII Fénix

Sentí el temblor del mundo
y supe que eras vos 
que te reías

descorriendo en menos de un segundo
todas las formas 
que rompen fantasías

Brillando entre las sombras
que dan sentido a la memoria
que desgarra 
siempre y ahora
eso que ya no sirve y que sin embargo ahonda

Ese infinito que es del todo mío
del todo escindido
del todo querido
del todo existiendo del todo siempre infinito
del siempre todo mío

En el que irrumpiste siempre risueño
porque sabíamos que siempre nos preferimos ardiendo
ante toda esa densa y volátil indiferencia
que en tus días ya se enraizaba en las inmensidades de la Tierra

Y que todavía convierte
todo lo existente 
en materia inerte

Y preferimos el odio 
que por lo menos es caliente,
y preferimos el fuego 
que por lo menos sigue siendo doliente

Para enfrentarnos a ese tedio que mataba
lo poco de ameno que quedaba de las almas
transformando todo en combustible y carcajadas
a pesar de que sabías cuán difícil era volver a sublimarlas

Nos hundimos en las profundas distancias
del abismo que nos separaba
pues aún en su absoluta abulia
¡seguían siendo almas!

Y no dejabas de repetirme que no darles importancia 
era dejarnos caer en la ponzoña de su trampa
Y que debíamos obligarnos a la activa resistencia 
que se destila en todas las esencias
en las que hierve siempre renaciente
la liberación perpetua

Entonces me reía 
sin creer en lo que me decías
pero siempre te seguía

porque admiraba tu destreza 
para transformar cada monotonía en sorpresa
y siempre conseguías devolverle 
la vida a cada esquirla de alma
que estaba perdida

Y hoy, que todo temblaba, volví a saber, que, otra vez, existías
porque desde dónde estés
sentí que reías